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18.5.08

¿Dónde irán?

Perdido en el sofá entre los cojines,
o debajo de camas o neveras,
envuelto entre pelusas como crines
cual pasador entre puerca pelambrera.

O mangado por una compañera.
O caído del bolso en un gran cine.
O mordido por dientes alevines.
O escondido entre cáscaras de pera.

Se escapa para siempre de su dueño,
como lo hacen del mar brumas y nubes,
no importa cuánto éste ponga empeño.

Comprando uno negro ahora anduve,
y hace tres días, uno más pequeño.
No sé decirte cuántos bolis tuve.

3 comentarios:

Swann dijo...

AL LADO DE AFGANISTÁN


¿Tú pones el dedito en los bujeros
que tienen los enchufes de tu casa?
¿Tú pones el pitito entre las brasas,
que surgen coloradas del brasero?

¿Tú pones la ikurriña a ver qué pasa
enfrente de la casa de Tejero?
¿Tú pones la SER, COPE u Onda Cero
pa enterarte mejor de lo que pasa?

Entonces a los bolis ¿qué les pasa?
¿por qué no ha de tener cada cacharro
sus sitios pa ponerlos en la casa?

Te aconsejo por tanto usar un tarro
tomar dos mli millones de uvas pasas
y además, si puede ser, no ser tan guarro.

Anónimo dijo...

¡Jajajajajjjjajaj!!!

Hasta hoy no había visto las posibilidades cómicas del soneto. ¡Muy divertido! :)

Sofía dijo...

Muy divertido al mismo tiempo que realista... eso sí que es poesía de la experiencia y no la que así se hace llamar.