Sólo sois letras en una pantalla,
mas sois también mi escuálido grial,
una fe ilusa y destino fatal.
En vuestra falta el pecho me restalla.
Sólo sois vida en mi mente, batalla
que me derrota siempre, virtual
anhelo inconsistente, y real
dolor que causa mi psique canalla.
¡Yo os destierro, eufemísticos mensajes!
¡Alejaos, requiebros insensatos!
¡Gritáis lindezas y calláis ultrajes!
Quien vive ahora soy yo, ya que os mato,
pues no quiero que sea mi bagaje
una cadena de microrrelatos.